martes, 15 de abril de 2014
Es algo un poco fuera de tema, pero aprendamos un poco más de estos interesantes seres:
Comunidad de las
Abejas.
En una comunidad, todas las partes que la conforman son
indispensables, debido a que cada una aporta con elementos esenciales para que
ésta misma no se derrumbe. En el caso de las abejas, encontramos la abeja
Reina, encargada de reproducción en sí y las abejas obreras.
Siempre, dentro de
la colmena, localizaremos a la Abeja Reina, ésta posee un cuerpo largo, sutil y
evidentemente, más grande que el de las demás abejas; su función primordial es
la reproducción siendo así que no realiza ningún otro trabajo, incluyendo sus
propias necesidades básicas, por lo que necesita de sus “asistentes reales”
pues ella, por sí sola es incapaz de alimentarse y cuidarse.
Juliana Rangel-Posada, entomóloga, Universidad de
Texas A&M: La abeja Renia se aparea con los zánganos, que son los machos, y
después dentro de la colmena empieza poner huevos diariamente. Y en un buen día
puede poner entre 1500 y 2000 huevos dentro de la colonia.
Por
otro lado, las abejas obreras, o hembras infértiles, tienen un cuerpo pequeño,
abdomen corto y una lengua muy larga para obtener el néctar. Pueden realizar
funciones como limpiar las celdas de los panales, alimentar a las crías,
fabricar cera, construir panales o repararlos, las encargadas en bodega,
reciben y almacenan el néctar que traen las forrajeras (recolectoras, quienes
salen y colaboran en la polinización de las plantas), las defensoras, en
cambio, vigilan el ingreso a la colmena, pican y no dejan entrar a otros
animales que intentan robar miel, como ya mencioné antes, otras asisten a la
reina, cuidándola, distribuyendo las feromonas o como ventiladores en climas
calurosos.
Las
abejas obreras tienen una devoción profunda por su Reina, muestra de ello es la
acción de morir por proteger a ella y a la colmena, ya que una abeja pica
únicamente si percibe una amenaza, si está cerca de la colmena, o si es
golpeada. Pese a que pierde la vida, al dejar su aguijón, músculos y nervios,
se le considera una heroína, por motivos de preservación de especie.
En
conclusión, la sociedad de las abejas, es ejemplar por el hecho de su perfecta
armonía y predisposición a cumplir cada actividad que correspondiera a cada
abeja.
Fuentes:
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